¿Por qué no lo entendemos?
Gran parte de la población no concibe qué es un ‘orgasmo cerebral’ porque no lo ha experimentado nunca. En ello parece tener un papel importante la personalidad, que puede determinar si una persona disfrutará o no de los vídeos relajantes.
En 2017 un estudio de la Universidad de Winnipeg, en Canadá, determinó que las personas que sienten el ASMR puntúan muy alto en barómetros como la inestabilidad emocional o la apertura a las nuevas experiencias mientras que, a la contra, tienen puntuaciones menores en aspectos de la personalidad como extroversión, amabilidad y responsabilidad. Estos individuos funcionan como "multiplicadores" ya que, en palabras de Ismael Dorado, "serán las típicas personas que digan 'no hagas otra cosa'", es decir, no recurras al psicólogo porque esta terapia novedosa es mucho mejor.
Si no lo tienes,
no lo tienes
Sin embargo, el estudio de las universidades de Manchester y Sheffield ofrece dos hallazgos que van más allá del carácter. El primero resulta determinante: si no lo tienes, no lo tienes. Sólo una de cada mil personas es capaz de sentir el ASMR, por mucho que alguien quiera relajarse con un vídeo, si no tiene esta condición podrá tranquilizarse, pero no sentir ese cosquilleo único.
El segundo tiene que ver con las respuestas fisiológicas únicas que da el ASMR, al igual que se demostró anteriormente en uno de los estudios que componen la tesis de la investigación de Barratt y Davies. En este se analizó la red neuronal por defecto, es decir, la que funciona cuando el cerebro se relaja, de 11 personas con ASMR y 11 personas que funcionaban como grupo de control. Al final del experimento, aquellos susceptibles de sentir el ‘orgasmo cerebral’ mostraron una menor conectividad funcional y un aumento de la conectividad entre las regiones de las cortezas temporal, occipital y frontal, lo que sugiere que el ASMR ayuda a la asociación de las redes que se activan en estado de reposo.
Las respuestas
fisiológicas
En conclusión, por muy intensa o constante que sea la exposición a detonantes tanto visuales como auditivos, un individuo no podrá sentir el ASMR a no ser que su cerebro esté programado para ello.